Si os digo la verdad, llevo un tiempo sin comprar/leer detective conan porque con las similitudes en las portadas (joer,si es que son todas iguales) y el hecho de que es complicado a veces ver si esta historia la has leído o no, era incapaz de recordar cual era el último número que tenía... así que me he ido a lo fácil y hasta que pueda comprobarlo (la colección de la versión infantil de Angela Lansbury no la tengo en mi casa, sino en mi pueblo, que no ocupa precisamente poco espacio...) pues he mirado cual es el último número del que había escrito algo por aquí, y por si acaso, he dejado uno en medio, y creo que es posible que ese no lo haya leído tampoco pero... ¿Qué más da?
Y es que esta serie tiene una cosa que a la vez es una ventaja y una desventaja. Al más puro estilo del comic pijamero, podrías abandonarla un tiempo, para reintegrarte un año más tarde y ver que puedes seguir leyendo prácticamente sin ningún problema. Sí, es posible que haya algún secundario del que te pierdas un poco de que va su participación... pero es que incluso aunque lo hayas seguido te puede pasar (en serio, ¿quien demonios es el pavo que vive ahora con agase?)
¿Por lo demás? Pues más de lo mismo, ni más, ni menos. Historias autoconclusivas de asesinatos o misteriosos robos, que a veces se continuan de una historia a otra dentro del tomo, y siguiendo la típica pauta de Detectives Infantiles-Ran y Kogoro-Policía-Hattori, combinados al gusto del autor como si de especias se tratara. Y es que cuando uno lee Detective Conan, sabe a lo que va, y eso significa que seguramente la trama detectivesca entretenga, pero también que la historia general no avanzará un pimiento. Yo creo que he disfrutado más este tomo porque hacía tiempo que no leía nada del chaval, y entonces no me tiene tan quemado. ¿Cuanto deberé esperar para el siguiente tomo? Porque una cosa es segura, en la tienda ya está...
0 esquinazos:
Publicar un comentario