Cine: Vaya Santa Claus 3

Vaya Santa Claus 3
Dirección: Michael Lembeck.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 98 min.
Reparto: Tim Allen (Santa/Scott Calvin), Elizabeth Mitchell (Sra. Claus/Carol), Eric Lloyd (Charlie), Judge Reinhold (Neil Miller), Wendy Crewson (Laura Miller), Spencer Breslin (Curtis), Liliana Mumy (Lucy Miller), Martin Short (Jack Frío), Ann-Margret (Sylvia Newman), Alan Arkin (Bud Newman).

Tim Allen retoma el papel de Scott Calvin –alias Santa– mientras trata de hacerse con el control de una casa de locos y plantar cara al malvado Jack Frío (Martin Short), cuya envidia a Santa lo tiene tratando de quitarle su día al "gordito". Aun a riesgo de revelar su ubicación secreta en el Polo Norte, Scott invita a sus suegros Sylvia y Bud Newman (Ann-Margret y Alan Arkin) a compartir las vacaciones navideñas con él y su mujer Carol (Elizabeth Mitchell). A esta aventura se une la extensa familia de Scott: su hijo Charlie (Eric Lloyd), su ex mujer Laura Miller (Wendy Crewson), su marido, Neil Miller (Judge Reinhold) y su hija, Lucy (Liliana Mumy), que junto con el elfo Curtis (Spencer Breslin) tratarán de frustrar los planes de Jack Frío para hacerse con el control del Polo Norte.

Las cosas que a veces tiene que ver uno en Navidad... Es ya tradición que en Nochebuena vayamos a ver una película (habitualmente de Disney) con mis primos pequeños al cine y este año, a falta de otra cosa, nos decidimos por ver la tercera parte de la saga de Santa Claus de Tim "Herramientas" Allen. No pudimos cometer mayor error. Fijaos que a mi me gusta Tim Allen. Sus películas me suelen resultar entretenidas, me encantó héroes fuera de órbita y su papel en Un chapuzas en casa me parece simplemente genial... pero es que esta película no se sostiene ni con la oronda figura que le colocan para hacer de Santa Claus.

Había visto, años atrás ya, la primera parte de la "saga" y aunque por supuesto no era ninguna maravilla, se dejaba ver como película de Navidad, y era más entretenida que otras del mismo género. Sin embargo, ni eso se puede decir de la segunda secuela, que pese a que al principio puede pasar con un mero "aceptable", teniendo en cuenta que sabíamos lo que ibamos a ver, a partir de la segunda mitad, el filme se va a haciendo más y más insufrible para alcanzar un terrible climax de mediocridad con el final, cursi hasta el extremo y con un nivel de pastelada y de estupidez que supera con mucho a la media de Disney, donde el amor es el mayor poder que existe y en el que el abrazo de una niña podría templar el corazón del mismísimo Invierno.

El malo es muy m uy malo, pero claro, los buenos son tan buenos que no se dan cuenta para nada de que por donde él pasa es por donde ocurren todos los accidentes que "por casualidad" se van produciendo. Además, como no podía ser de otra manera, en menos de dos minutos se pasa del drama más absoluto, con un marido a punto de ser abandonado, a una pareja totalmente feliz que no ha discutido nunca jamás. Ah pero... ¡si en la película ha pasado por lo menos media hora! En ese caso entonces no pasa nada hombre, aunque para la gente solo hayan sido dos minutos.

En fin, que parece que últimamente solo me trago bodrios. Después del fiasco de Eragon me he tenido que tragar este bodrio supremo. Que me lo merezco por ir a verlo, me podéis decir algunos... pero es que leñe, es mala hasta sabiendo lo que vas a ver...